Se da el hecho de que precisamente los pilotos de carácter más tranquilo son los más eficaces en carrera. Si alguna vez tenéis la ocasión de observar a Juha Salminen, observaréis un piloto relajado, que no se altera ante nada, ya sean problemas de la moto, errores caídas o los resultados de sus rivales. Mantiene siempre la cabeza fría y la concentración al máximo.
Para dar una idea de la influencia de la psicología, recurriremos a un ejemplo citado por Pere Ollé en El Libro del trial:
La mayoría de vosotros es capaz de recorrer grandes distancias pisando sobre la una línea blanca en carretera, de subir un bordillo y seguir sin salirnos de ella. Ahora bien, subimos, como en la foto sobre un tronco e intentémos circular sobre él en toda su longitud, el trabajo técnico y de equilibrio es casi el mismo, sin embargo cuesta más, es posible incluso que no realicemos más que unos pocos metros. El grado de concentración que requiere es muy superior. Ahora pongamos ese mismo tronco a tres metros de altura para superar una torrentera, la diferencia es psicológica, ¿cuantos son capaces de hacerlo?
Bastantes menos sin lugar a dudas, pero añadamos un nuevo factor: si no pasamos nos alcanzará un incendio. Ni lo pensaríamos. La gran mayoría pasaría a la velocidad del rayo...
Esto es lo que marca la diferencia entre los pilotos, la capacidad de concentración en lo que se está realizando, en aplicar la técnica de modo correcto, independientemente de si subimos una larga y empinada trialera, con muchas variables o superamos un obstáculo puntual. El soportar esa tensión, sin detenernos ni desmoralizarnos, es lo que nos hará ser mejores endureros.
Esa capacidad de concentración permite afrontar con éxito cualquier dificultad, realizando nuevas trazadas incluso, distintas a la segura, la que realizan los demás y que permite hacer el mejor tiempo en una crono.
Se debe cuidar hasta el más mínimo detalle, sea cual sea el nivel del piloto. Esto a menudo el aficionado normal suele pasarlo por alto, pensando que sólo afecta a los pilotos de élite. Desde la puesta a punto de las suspensiones, hasta la posición del manillar o el tacto perfecto de acelerador y embrague.
Cualquier pequeño aspecto puede distraernos y hacernos perder concentración, y no sólo por tener menor rendimiento de la moto, sino también por estar pendientes de cosas que nos preocupan ajenas a la zona que se está realizando.
Pequeños detalles como un estribo torcido o más caído que el otro, un manillar doblado o fuera de su posición óptima, los mandos suaves, la cadena tensada, el exceso de presión en los neumáticos para evitar pinchazos, nos pueden distraer o condicionar nuestro pilotaje. Es como si alguien toma nuestro coche y le cambia ligeramente de posición el asiento, si le sube, aunque sea un poco el volante, la inclinación del respaldo y cambia otros pequeños detalles, cuando lo volvamos a coger, sólo con moverlo unos metros ya nos encontraremos un tanto extraños y no digamos si nos hacemos un viaje de 400 km. esto prueba que son detalles muy personales, exactamente como ocurre en la moto.
La confianza en uno mismo y en su montura es proporcional siempre al éxito obtenido. Hay que autoconvencerse de que uno es capaz de superar los obstáculos. El iniciar una subida complicada, con uno o dos puntos críticos, sin estar seguros del éxito nos llevará al fracaso. Hay que llevar una actitud "de ataque" , con la firme convicción de que nada va a detener nuestro ascenso. Esa voz interior, ese impulso será, en muchas ocasiones, definitivo para el éxito, para subir ese escalón o pasar sin problemas sobre esa húmeda raíz que ha tenido la feliz idea de crecer en el punto más complicado de nuestra trazada.
En enduro no basta con ser un buen piloto, hay que creérselo, y no de cara a los demás, sino en el interior. Hay que mirar las dificultades como un verdadero desafío, diciéndole a esa subida o a ese escalón que no van a poder contigo. Si fallamos al primer intento debe hacer un segundo, un tercero y los que haga falta.
Una técnica recomendada por los psicólogos es la visualización. El imaginarse a uno mismo realizando una acción compleja, una crono difícil con toda soltura, producirá una mejora en nuestra actitud combativa. El auténtico endurero no se rinde nunca.
Hay que buscar siempre motivaciones y transformar en positivo las negativas. Si en una salida o en una carrera, a tus compañeros se les atraganta una subida y fallan, tienes un motivo y un plus adicional para coronarla con éxito - Como yo la suba el primero, me vais a escuchar la historia durante muchas charlas endureras - Si lo consigues, la satisfacción será mayor que nunca.
De mismo modo, los errores puntuales, una caída desafortunada o un fallo de pilotaje, no deben condicionar el resto de la salida o carrera, deben ser precisamente eso, errores puntuales. En cuanto han sucedido hay que borrarlos de nuestra mente, han dejado de existir. Con el disco duro limpio sale todo mucho mejor.
En ocasiones, cuando las cosas no salen bien, tendemos a "tirar balones fuera", es decir echar la culpa a la moto, al neumático que teníamos que haber cambiado o darle la presión adecuada, pero en el monte eso no sirve para nada. Son las cartas que nos han tocado en ese momento y con las que tenemos que jugar de todos modos, con fuerza de voluntad, decisión e inteligencia. Tener siempre una actitud combativa y positiva en toda situación nos hará superar todo tipo de dificultades.
Un caso evidente este mundial, ha sido el de los pilotos BMW, unos como Tarkkala se han hundido, el gran David Knigth hasta se ha enfadado de modo explosivo con la moto... mientras Juha Salminen ha seguido peleando, tratando de mejorar lo que tenía y ha conseguido ganar carreras con la moto alemana, progresando de tal manera que a nadie le sorprende que el año que viene sea candidato al título.
De cara a la competición, antes de salir Debemos revisar que todo esté en su lugar, estableciendo rituales y un orden establecido para hacer todo, desde cómo colocarnos el equipo a dar un último vistazo. Todo metódicamente. De este modo nos concentraremos mucho mejor. Nunca debemos probar nada en carrera, ni estrenar un casco, botas, guantes. Cualquier pequeño detalle, como unas botas que aprieten demasiado, o incluso unas costuras de un calzoncillo se pueden convertir en una tortura a lo largo de una competición. Un detalle como éstos nos puede desconcentrar totalmente de la carrera.
En cuanto a pilotaje en zonas o terrenos concretos, cada piloto tiene sus preferidos y otros donde no lo hace tan bien, que es precisamente sobre los que hay que incidir, si se te dan mal las subidas debes entrenar una y otra vez en ellas, si es en terreno con barro, aprovechar la ocasión, cada vez que llueva para mejorar nuestra técnica sobre él. Hay que trabajar con mayor tenacidad para avanzar en los terrenos que se nos den peor. Mejoraremos mucho como pilotos y tendremos mayor control.
Foto 2: Mario Román cae en una especial. Se levantó al instante, sin bajarse siquiera de la moto. Ello le permitió marcar un excelente crono. No afectó para nada en su rendimiento.
Foto 3: En enduro hay que mantener en todo momento una actitud combativa. Que ningún obstáculo nos frene. Sea del tipo que sea.