Desde la entrada del piloto finlandés en la marca, ya se vio que había que partir de una parte ciclo distinta, conservando un motor que, sobre todo en esta versión, se ha mostrado con muy buenas maneras y manteniendo, suponemos que por cuestiones, no sabemos si de marketing o de orgullo personal, el eje coaxial del piñón de salida.
Este sistema, como toda innovación que se salga de la norma habitual, tiene sus defensores y detractores. En la casa matriz BMW siempre son amigos de buscar soluciones diferentes y perseveran en ello.
Los principales argumentos a favor, considerados por la marca una gran ventaja, sin duda están en la tensión constante de la cadena, ya no sufre tirones y por ello el alargamiento es menor. Además la capacidad de tracción se ve aumentada, respondiendo de un modo más directo e inmediato a las solicitudes del acelerador.
Como inconvenientes, el que más señalan sus detractores es que precisamente, al evitar el tirón en la cadena, que provoca el hundimiento de la suspensión trasera y por tanto su rebote, desaparece éste recurso como fuerza adicional para superar obstáculos como son los escalones (nos lanza hacia arriba y adelante). Los trialeros saben sin lugar a duda a qué nos referimos.
Lo que sí está claro es que a pesar de ello, la TE449 sube escalones, tiene otros recursos para ello, como ya demostró Salminen en la temporada que hizo con ella. Otra cosa sería en cilindradas más pequeñas, quizá por ello no ha sido empleada en las Husqvarna TE250 y TE310.
También en el mantenimiento, si se lo hace uno mismo, no es igual cambiar un piñón con el eje coaxial, para lo que deberá desmontarse el basculante, que un sistema convencional, eso sí la transmisión siempre se desgastará y alargará en menor medida, ya que está expuesta a menos esfuerzos.
Comenzamos entonces a valorar el resto de la moto, que cuenta desde luego con una calidad de acabados excelente.
Sin duda la estética iniciada el año pasado se revela como muy actual, las líneas curvas de la TE449 son de lo más armonioso y moderno que se puede encontrar, es más con la decoración de este año, con mayor presencia del negro, resulta aún más bonita. La tecnología In-mould de su plástica hacen que estos gráficos resulten poco menos que eternos.
Es de agradecer que se hayan cuidado detalles, como colorar una goma protectora del tapón de gasolina, situado como sabéis en la parte trasera del asiento, una zona bastante “sucia” donde se ubica este elemento. Incluso cuenta con electroventilador. El chasis, como el resto de la gama, ha sido reforzado en la zona de la pipa de la dirección.
Se sigue manteniendo la preciosa culata roja, con aires “Testarossa”, que tanta personalidad aporta, esperemos que no nos abandone nunca. Es una bonita seña de indentidad.
Apreciamos a simple vista la incorporación del silencioso Akrapovic, de sonido y tamaño muy contenido, sobre todo comparado con el del año pasado. Incorpora de serie cubrecarter de plástico, muy envolvente.
El motor de la TE es una de sus mejores bazas, el nuevo mapa de inyección hace que en este modelo se cuente con una suavidad excepcional. Con una progresividad encomiable. La inyección electrónica Kehin se muestra perfecta para dosificar la potencia de un propulsor que ya ha demostrado con creces su valía incluso en el París-Dakar americano.
El asiento tiene menor altura, algo que agradecemos los más bajos. La incorporación de amortiguador Kayaba, con nuevos reglajes, complementa una horquilla de 48mm. y cartucho cerrado, también de la misma marca, con una excelente calidad.
Una vez nos agarramos al manillar Magura, comprobamos una posición de conducción bastante natural, si bien al principio nos choca la anchura a la altura de los tobillos, superior a la habitual debido al eje coaxial, a los pocos minutos de la marcha nos olvidaremos de este detalle, por tanto nada que objetar al respecto.
Pulsamos el botón de arranque, una opción para la puesta en marcha, ya que no existe palanca, y la respuesta es inmediata. Recordad que en esta moto, como en los modelos de carretera, se debe apretar en el embrague para arrancar. La sonoridad, como es norma en la casa, muy contenida.
Una a una vamos engranando sus seis marchas, comprobando la comentada extrema suavidad en la entrega de potencia de la 449, algo que agradeceremos de modo especial en firmes con poco agarre. El tacto es de los que enamoran, en ella entramos potencia a raudales en toda la gama. Hay motores más potentes en la cilindrada, pero en la TE nunca echaremos en falta caballería, porque además resulta de lo más obediente y eficaz. Sobresaliente para la marca en este aspecto.
En las zonas más rápidas es donde mejor sacamos partido a la siempre impecable estabilidad de la Husqvarna. La confianza es total, seas cuales sean las irregularidades del terreno. La TE se lo come todo.
Cuando las curvas se van cerrando más y el trazado se hace más ratonero, ya comienzan a aparecer las inercias, derivadas de un peso que no es el más liviano de la categoría, eso sí, está tan bien dispuesto que salvo que nos quedemos enganchados, tampoco nos pondrá en apuros.
Durante la prueba hicimos una larga y revirada subida, por una ladera llena de rocas sueltas y picudas, pequeños escalones, de esas que debemos ir jugando con el gas y las inercias.
En un momento dado, el síndrome compartimental que atenaza mi muñeca derecha me impide acelerar, con lo que el ascenso se detiene, salto hacia un lado para evitar mi caída y la de la moto, pero tampoco me preocupa en exceso, retrocedo unos metros para encontrar una zona con más adherencia y tengo la seguridad que el motor me sacará con suavidad para continuar la remontada.
De hecho así sucede, debo levantarme rápido, los que tenemos poca estatura no tenemos posibilidades de remar, para comenzar a trialear de pie, aprovechando la excelente tracción que nos ha sacado con facilidad de un lugar en el que con otras mecánicas nos costaría más salir.
La suspensión, si bien deberíamos hacerle un ajuste personalizado, para sacar lo mejor que ella, que es mucho, absorbe bien las irregularidades, dando fe de la capacidad “trepadora” de la TE449.
Seguro que más de uno se preguntará que porqué esta moto, cuando la propia marca corre con una TE310 en la categoría E2 donde ha sido campeona en el 2011, a manos de Antoine Meo. La filosofía de la marca está clara, la 449 es mejor opción dependiendo del recorrido que sea más habitual a sus pilotos, en este caso, si se hacen recorridos más rápidos, con una punta realmente alta.
La impecable estabilidad unidas a la exhuberante potencia de la “cuatro y medio” se imponen a su hermana pequeña, más ágil y adecuada cuando el terreno se hace más revirado y complicado.
Así pues la decisión está en vuestra mano. Desde luego a nosotros la Husqvarna TE449 nos ha dejado pero que muy buenas impresiones, como punto a mejorar, tal vez el peso, nos gustaría que fuera más ligera (119 kg. en vacío), de ser así tendríamos en nuestras manos una endurera implacable y eso de decir mucho.
