La actual reina de la categoría E3 se ha impuesto a toda una legión de 300 cc. de dos tiempos, en dura lucha con un Cervantes pletórico de facultades. Conozcamos pues cuales son sus mejores argumentos.
Mucho ha llovido desde que allá por el 1999 KTM presentó su EXC 520 de arranque eléctrico, una moto que marcó un hito en su tiempo, pero que ha sido superada en creces por la nueva 530 EXC, cuyo motor es la tercera evolución de la última mecánica presentada en el 2008.
En primer lugar la estética recibe un cambio de adhesivos, abandonando la dominante negra anterior por una imagen nueva, que la hace más estilizada y endurera, se vuelve al naranja como color predominante.
El cambio que más le afecta está en la parte ciclo. El chasis lleva ahora la pipa de la dirección con la pipa situada 10 mm más baja. Esto se traduce en una mayor estabilidad en linea recta y en zonas bacheadas, sin perder la excelente agilidad que siempre ha caracterizado a las austriacas. Por fin KTM ha dado con la solución a los movimientos del tren delantero.
Ello no quiere decir que ahora sean las más estables en ese punto, pero sí que se acercan más a la perfección. El cambio es tan destacable que ahora el PDS trabaja mejor que nunca. Es difícil ponerle peros a este sistema.
La horquilla delantera White Power recibe modificaciones en sus pasos internos y en sus reglajes, resultando mucho más eficaz en el primer tercio de recorrido. El amortiguador trasero, también WP recibe también estos cambios. Por tanto podemos decir que la nueva gama KTM ha mejorado y mucho, precisamente en el punto que más lo necesitaba.
La frenada recibe material Brembo de última generación. Ya visto en las Six Days y en las SX de motocross, que mejora mucho el tacto y la eficacia frente al tacto esponjoso de hace bien poco. Las pastillas son Toyo B153, también más efectivas.
El manillar ha sido reemplazado por Nekken más alto, compensando así la menor altura de la pipa de dirección. Por tanto al sentarnos en ella recibimos la misma impresión: ¡estoy en casa! , ya que mi propia moto es una EXC-250F. Todo cae perfectamente en su sitio, con una excelente posición de conducción, si bien el depósito, como ya sucedía a partir del 2007 es un poco más ancho.
En cuanto al arranque, una vez encontrado el escondido starter, resulta, como siempre en KTM, impecable, en poco tiempo el motor toma temperatura y está listo para iniciar la sesión.
Al primer golpe de gas, la 530 ya nos insinúa que dentro alberga un enorme potencial. La sensación de poder es fantástica. Se pueden ir engranando marchas, sin estirar las marchas, con toda suavidad y será mansa como un cordero, pero en cuanto abrimos gas de verdad nos entramos con el motor absoluto.
Potencia a raudales en toda la gama de revoluciones, con una subida de vueltas contundente, apta para colmar a los amantes de las sensaciones fuertes, siempre que posean la técnica y el tacto de gas que requieren estas poderosas mecánicas. En condiciones de buena adherencia, como las que encontramos durante la prueba, es un placer único aprovechar el potencial de esta moto. Da igual lo que tengas por delante, roderas profundas de barro, escalones, cortafuegos. Siempre que tus brazos lo resistan y tu buen hacer la guíen no hay nada ante lo que se detenga.
Como es lógico, la primera cuestión que nos viene a la cabeza es la de siempre ¿habrán desaparecido por fin los movimientos de manillar? ¿habrá perdido a cambio la EXC 530 su envidiable capacidad de entrar en curva?
Para comprobarlo nos dirigimos precisamente a una zona donde poner en evidencia todo ello. Un pequeño circuito con una zona muy rizada, (casi unos doobies) el tipo de zona donde el PDS puede ponerse en entredicho. Iniciamos una sección de curvas con peraltes. La entrada en curva es impecable, como cabía de esperar en una moto naranja, lo mismo que los cambios de dirección. No en vano estamos a los mandos de la enduro de referencia en este sentido.
Es en las curvas con apoyo donde podemos hacer uso de la potencia de nuestra compañera. Con verdadero placer vamos enlazando giro tras giro, prácticamente con la tercera, saliendo como un cañón de una curva a la siguiente, parece que estemos haciendo carving esquiando.
Podemos dejar correr la moto a lo largo del peralte acelerando con suavidad. Salimos a toda velocidad de la última curva antes de los rizados y ¡voilà! la rueda delantera sube y pasamos como un exhalación sobre ellos solo con la trasera. El WP hace su trabajo como nunca y... ¡funciona! la parte ciclo de la 530 nos demuestra lo anunciado. Sin meneos ni movimientos extraños. Vamos más rápido que nunca, comprobando que en esta cuestión los técnicos de la marca han hecho los deberes mejor que nunca.
No es que la KTM se haya convertido de golpe en la referencia en este apartado, pero ahora es mucho más difícil ponerle pegas.
En las trialeras, se puede llevar con una o dos marchas que en mecánicas más pequeñas o de 2 T, casi sin tocar el embrague, en bajo régimen es un prodigio de suavidad. Ante cualquier escalón un pequeño golpe de gas y estamos arriba, hay potencia para todo.
Solo el peso, respecto a ellas, ya que la EXC 530, con 113,9 kg es la más ligera de su clase, puede hacer que esté un poco por debajo. Si no se cometen errores, de los que se traducen en tener que mover la moto en parado, o tener que empujar, puede acometer todo tipo de dificultadas, siempre que una buena forma física nos acompañe.
Ya en senderos revirados comprobamos lo mucho que han mejorado respecto a hace unos pocos años. La precisión y manejabilidad es pero que muy buena.
Debido a un pequeño despiste, nuestro compañero de salidas se nos ha despegado un poco y eso no podemos consentirlo. Después de una pequeña y tortuosa bajada aceleramos sin dilación cuando aparece ante nosotros el profundo surco de una torrentera. Un golpe de gas y estamos al otro lado, sin tirar de embrague ni del manillar.
Enseguida llega una curva de 90º a derechas. Tumbamos la moto y entra en un abrir y cerrar de ojos, presionando la estribera exterior a un tiempo que damos gas, buscando la máxima tracción en vez de derrapar en el barro. La rueda delantera despega del suelo. Por unas milésimas de segundo pienso "me he pasado con el gas", pero la 530 sigue a la perfección la trayectoria marcada, otras milésimas y cambio de opinión ¡que guay! me siento Cervantes (aunque esté a años luz). Mi amigo César ya está en mi punto de mira, ¡como me gusta esta moto!
Es en las zonas más rápidas donde saca diferencias, más de 50 CV. de puro músculo dan para mucho, con una excelente capacidad de tracción que nos hacen ir muy rápido, nos sentimos casi como Marc Coma. Esto quiere decir, que los amantes de las pistas rápidas tienen ante ellos una moto excepcional, apta incluso para competir en raids con las consiguientes modificaciones de desarrollos, depósito, etc.
Concluyendo diremos que en KTM han conseguido una máquina excepcional, sin dudarlo la mejor 500 de su historia. Para los amantes de las sensaciones fuertes y de la competición a buen nivel, donde no hace falta nada para correr con ella, la EXC es más "Ready to Race" que ninguna. Novatos y gente sin buen tacto de gas abstenerse.
Precisa también de una buena forma física, bien en horas de gimnasio o montando mucho. Las aceleraciones y las inercias, debidas a su potencia y mayor peso cansan lo suyo y pasan factura, a cambio de pasarlo a lo grande. A título personal me parece demasiado para mí... ¿o quiza no? Me ha parecido muy divertida, algo así como un Fórmula Uno pero en moto de enduro.
